Este escenario de pandemia y su impacto a nivel global ha provocado importantes desaceleraciones en la economía real, pero también ha generado grandes oportunidades, como los cambios conductuales y de hábito de las personas y las formas de llegar con productos y servicios que antes pensábamos tomarían mucho más tiempo.
En este contexto, la industria de fondos mutuos tuvo la capacidad de adaptarse rápidamente hacia modelos de atención remotos con aplicaciones digitales y también administrar en forma efectiva las volatilidades producto de la incertidumbre y del cambio de expectativas que causaban las noticias en curso. Lo anterior se refleja en un cierre de año con cifras positivas, siguiendo así la tendencia ascendente de los últimos años gracias a la confianza que se tiene en este producto y a la diversidad de alternativas que brinda.
Esta industria ha crecido de manera importante; en los últimos 20 años lo ha hecho a una tasa promedio anual de 17% en patrimonio y de 13% en partícipes, lo que ha permitido acercarnos más a la realidad de mercado de los países desarrollados, donde los fondos mutuos son la principal forma de ahorro.
Como decía, el crecimiento se ha sustentado en gran medida en la confianza de las personas con distintos niveles de ingresos y perfiles, quienes encuentran dentro de la variada oferta disponible (más de 2900 series de fondos), opciones concretas con montos de aportes accesibles a sus posibilidades y capacidad de ahorro, y también confiados que enfrentados a contingencias, la liquidez del instrumento les permite contar con el dinero en forma rápida sin perder el diferencial de valor obtenido hasta ese momento.
Esas son las características que hacen de este instrumento financiero uno de gran demanda, aún en momentos como estos, gravitantes e inciertos, porque siempre habrá un fondo mutuo con una estrategia de inversión que resguarde ese escenario en el grado que se esté dispuesto a aceptar.
Es cierto que el monto sustancial del patrimonio gestionado por esta industria proviene de empresas, pero el número importante de cuentas proviene de personas naturales, no de compañías ni de institucionales. Esto hace que nuestro producto haya democratizado el ahorro y permita a todos, con pequeños montos de dinero, ahorrar e invertir en instrumentos que antes eran accesibles solo para inversionistas con grandes montos o expertos en la materia.
Esto es algo que la industria no solo debe celebrar, sino asegurar siempre, entregando cada vez más información de calidad, es decir, completa pero simple y clara, y una accesibilidad y flexibilidad para operar acorde a los tiempos, pero en equilibrio con la seguridad que merece el resguardo de los ahorros de las personas.